LIBERTAD, COSTUMBRES, HABITOS Y CAPRICHOS


La libertad no es algo que pueda ser asociado con las costumbres, los hábitos y los caprichos. Libertad consiste en querer ser uno mismo; es aquello que depende de nosotros mismos, no de lo que depende de las costumbres adoptadas en la época en la que nos toca vivir, ni en los hábitos y los caprichos propios o de los demás. “Dos más dos son cuatro”, tal expresión no depende de nosotros, pero sí podemos elegir entre situaciones de nuestra vida que no están predeterminadas y que caen dentro del campo de aquello que sí depende de nosotros. El hombre, antes que nada, es un ser que elige, un ser que se arriesga y un ser que se construye a sí mismo y a su propio ser. Libertad, desde este horizonte explicativo, es poder decir “sí” o “no”; lo hago o no lo hago, digan lo que digan mis jefes o los demás; esto me conviene y lo quiero, aquello no me conviene, y por tanto no lo quiero. Libertad es decidir, pero también, no olvidarnos de que realmente estamos decidiendo. Libertad es lo más opuesto a dejarse llevar por los usos y costumbres, los hábitos y los caprichos, cualesquiera que éstos sean y de quien sean. Decidir realmente es pensar por lo menos dos veces lo que vamos a hacer. ¿Lo hago por que me lo demandan o porque realmente lo quiero y lo deseo? ¿Obedezco porque quien da las órdenes sabe más que yo? ¿Por qué tengo que hacer siempre lo que suele hacerse? Si vivo rodeado de gente que tiene por costumbre efectuar un voto no razonado y fuertemente inducido, ¿por qué tengo que imitarlos?

 Ahora bien, no se quiere decir con ello que todas las costumbres, hábitos y caprichos sean motivos inadecuados para actuar; sería poco apropiado querer llevar sistemáticamente la contraria a todas las órdenes, a todos los caprichos y a todos los hábitos que socialmente pasan como fundamentales; no, a veces éstos resultan agradables y convenientes. Pero cabe aclarar que, nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una costumbre o un capricho. Para saber si algo resulta más conveniente para mí tendré que reflexionar a fondo el curso que habrán de tomar mis propias acciones, si es posible, reflexionando hasta más de dos veces mis propias elecciones.

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