LA MORALIDAD COMO REALIDAD ESTRUCTURANTE DE LO HUMANO
La justificacion como estructura interna del acto moral
Aún y cuando en el animal el ajustamiento con respecto al medio se produce
de realidad en realidad —de organismo a organismo- directamente, en
el caso del ser humano se da indirectamente, a través de la posibilidad y la
libertad, es decir, libertad no sólo de tener que responder unívocamente,
sino también libertad para preferir en vista de algo, convirtiéndose así
los estímulos en instancias y recursos, esto es, en posibilidades.
En una palabra, mientras al animal le está dado el ajustamiento, el
hombre tiene que hacer ese ajustamiento. .. es decir, tiene que justificar
sus actos. La justificación es, pues, la estructura interna del acto
humano. Por eso, en vez de decir que las acciones humanas tienen
justificación debe decirse que tienen que tenerla; que necesitan
tenerla para ser verdaderamente humanas.
¿En qué consiste por tanto la justificación del acto humano? Consiste
en dar cuenta de dicho acto, dando al mismo tiempo razones de
la posibilidad que se ha puesto en juego; pero no sólo eso, se requiere
además, como hay muchas posibilidades de acción, de preferir alguna
de ellas sobre las demás, y en esto consiste el acto mismo de la libertad.
Dado que no estamos determinados por el estímulo real, nos vemos
forzados a elegir, por eso la elección tiene que ser justificada. Lo que en
el animal era justeza automática, en el ser humano es justificación activa,
y esta necesidad de justificarse lo hace necesariamente moral. En este
sentido, de lo único que no somos libres, es que: “No somos libres para
dejar de ser libres”.
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